domingo, 11 de octubre de 2015

Julio Cortázar

Julio Florencio Cortázar fue un escritor y traductor para la Unesco que nació en Bruselas (Bélgica) el 26 de agosto de 1914. Tenía doble nacionalidad (francesa y argentina) pero en 1981 optó por quedarse solamente con la nacionalidad francesa, en protesta contra el gobierno militar argentino. Vivió casi toda su vida en Argentina, Italia, España, Suiza y París, ciudad en la que se estableció en 1951 y donde falleció el 12 de febrero de 1984.









Toda mañana es la pizarra donde te invento y dibujo.






...Yo soy el mejor de sus viajes...
Yo, señora, lo he llevado en alas de la fantasía 
hasta el borde mismo del horizonte.






Andábamos sin buscarnos,
pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.





Me basta mirarte para saber que con vos 
me voy a empapar el alma.





Todo lo que yo quisiera de ti, son esas cosas cotidianas, el olor de tu cuerpo, saber lo que piensas de cualquier cosa, de ti, de mi, de nuestro entorno. Que mires más allá de mi apariencia física, que me recuerdes con pasión, y que el placer que juntos inventamos sea otro signo de libertad.




Hay que seguir soñando hasta abolir la falsa frontera entre lo ilusorio y lo tangible, hasta realizarnos y descubrir que el paraíso perdido está ahí, a la vuelta de la esquina.




Las palabras nunca alcanzan
cuando lo que hay que decir
desborda el alma.





Porque, sin buscarte
te ando encontrando por todos lados,
principalmente cuando cierro los ojos.




Hay ausencias
que representan un verdadero triunfo.




La coma, esa puerta giratoria del pensamiento.

Una coma puede ser una pausa. O no...
No, espere.
No espere.

Puede hacer desaparecer su dinero.
23,40
2,34

Puede crear héroes...
Eso solo, él lo resuelve.
Eso, solo él lo resuelve.

Puede ser la solución.
Vamos a perder, poco se resolvió.
Vamos a perder poco, se resolvió.

Cambia una opinión.
No queremos saber.
No, queremos saber.

La coma puede condenar o salvar.
¡No tenga clemencia!
¡No, tenga clemencia!




Como si se pudiese elegir en el amor,
como si no fuera un rayo que te parte los huesos
y te deja estaqueado en la mitad del patio.






Todavía hay tiempo para imaginar cualquier cosa,
para creer que aparecerás en cualquier instante,
para incluso creer que me buscas.




A veces no necesitamos que alguien nos arregle,
a veces, sólo necesitamos que alguien nos quiera,
mientras nos arreglamos nosotros mismos.




Déjame entrar,
déjame ver algún día
como me ven tus ojos.






Yo aprendía contigo lenguajes paralelos:
el de esa geometría de tu cuerpo
que me llenaba la boca y las manos
de teoremas temblorosos.




Después de las fiestas

Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,

que hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,

eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.




Cuántas veces me tocaba andar solo por los pasajes,
un poco decepcionado, hasta sentir poco a poco
que la noche era también mi amante.




Te quiero tanto. Tú lo sientes ¿Verdad?
No está en las palabras, no tiene nada que ver con decirlo, con buscarle nombres. Dime que lo sientes, que no te lo explicas, pero que lo sientes, ahora.



Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.



Todo lo que de vos quisiera es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo.



Lo que me gusta de tu cuerpo es el sexo
Lo que me gusta de tu sexo es la boca
Lo que me gusta de tu boca es la lengua
Lo que me gusta de tu lengua es la palabra



Creo que todos tenemos un poco de esa bella locura que nos mantiene andando cuando todo alrededor es tan insanamente cuerdo.



Si te caes te levanto, y si no puedo, me tumbo a tu lado.



Yo quiero proponerle a usted un abrazo, uno fuerte, duradero, hasta que todo nos duela.
Al final será mejor que me duela el cuerpo por quererle, y no que me duela el alma por extrañarle.



Ahora escribo pájaros.
No los veo venir, no los elijo,
de golpe están ahí, son esto,
una bandada de palabras
posándose
una
a
una
en los alambres de la página,
chirriando, picoteando, lluvia de alas
y yo sin pan que darles, solamente
dejándoles venir. Tal vez
sea eso un árbol
o tal vez
el amor.

Últimos poemas para Cris
"Salvo el Crepúsculo"



Pero existe algo que el tiempo no puede, a pesar de su innegable capacidad destructora, anular: y son los buenos recuerdos, los rostros del pasado, las horas en que uno ha sido feliz.






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